Luego de lanzar el capítulo local de “Paneles de hombres” en nuestra plataforma Cyborgfeministas, que expone y cuestiona con humor los paneles compuestos solo por hombres, como expertos y referentes en temas políticos, económicos, tecnológicos, recibimos de colegas y amigos varones algunas críticas sobre cómo las mujeres debemos tratar este problema.
Las críticas iban desde “el sexo no importa, sólo se llama a los mejores”, o “hicimos un estudio de mercado y el público eligió estos perfiles para el show de bandas musicales de la semana del rock”, o“esto sólo pasó por casualidad, no nos dimos cuenta”. También nos han dicho cosas como “siempre las convocamos pero están ocupadas”,“las más capas son muy tímidas”, “hay una mujer que es la presentadora/moderadora del panel”. Finalmente, con mejores intenciones algunos pidieron una mano:“Ayudennos, hagamos una lista de mujeres para que los paneles no sean de hombres”.
A raíz de estos comentarios, decidí enumerar algunos puntos para repensar por qué a menudo las mujeres están ausentes de paneles e investigaciones académicas y no caer en el error de armar listas de mujeres para cada tema como solución al problema.
1) Prejuicios sobre las capacidades: La subestimación de las capacidades se construye como barrera psicológica, cultural y marca límites en determinadas conductas, afirma “Economía Feminista” de Mercedes D’Alessandro en un estudio publicado en 2016. . “El lugar de las mujeres es la casa” o “En la casa ella es la que manda” hemos escuchado tantas veces como una forma de halago por los hombres, y así nos imponen el rol de ocuparnos única y exclusivamente de las tareas del hogar y la familia: cuidado de los hijos, a los enfermos y adultos mayores. Aunque algunas cosas han cambiado gracias a la lucha de muchas mujeres y la persistente militancia contra estos estereotipos. Pero, lo que ha ocurrido también es que a las tareas del hogar se sumaron la libertad de ir a la universidad, el deber de trabajar, ser independientes económicamente. Pero a pesar que las mujeres ocupan mas espacios, sus capacidades siguen siendo subvaloradas la producción de conocimiento en las diferentes áreas: arte, ciencia, academia, tecnológica etc porque llegamos tarde, además de ganar 23% menos que los varones. (OECD)
Varios estudios han demostrados que en los papers o investigaciones académicas son menos citadas como referencia que los varones. Las publicaciones de hombres son más valoradas que la de las mujeres. Situación similar se da en el consumo de información. En un post anterior habíamos compartido los datos de publicaciones y lecturas realizadas por hombres en la plataforma de Goodreads: en el 2014, sólo el 20% de los hombres leyeron a autoras femeninas.
2)La solitaria vida de las mujeres científicas y tecnológicas en la cúspide de la pirámide laboral: El mercado laboral en general expulsa a mujeres madres y esto explica que pocas mujeres lleguen a altos puestos como ser CEO* o CTO**. Las mujeres solo ocupan 1,8% en los CEO de las 500 empresas más grandes de América Latina. En el área de tecnología, en Sillicon Valley sólo el 11% de los ejecutivos son mujeres, y ganan 28% menos que un hombre. Esto demuestra lo difícil que es superar la desigualdad de género “aún [para] quienes han podido estudiar, formarse, desarrollarse y llegar hasta lo mas alto de la carrera profesional”, según D’alessandro.
Las expectativas de género se aplican de igual manera a mujeres exitosas y profesionales. Una mujer que ponga sus ambiciones laborales por encima de constituir una familia es juzgada con criterios muy diferentes a las del hombre. “Una niña con espíritu de líder es una mandona, un niño es un campeón”, dice D’alessandro.
A todo esto se añade la presión de la maternidad como destino inevitable de toda mujer. Aunque la mujer se destaque por sus logros profesionales y/o académicos, está supeditada a rendir cuentas si no quiere ser madre, porque se (mal)asume que todas las mujeres tienen el objetivo y el deseo de ser madres.
3) Armar una lista/plataformas de mujeres expertas para que a los gobiernos, empresas y sociedad civil “no se les olvide” incluirlas en su panel: Es una forma de paliar una crítica temporal y no estructural de las desigualdades hacia las mujeres. Aunque este tipo de iniciativas abundan en los EE.UU, nuestra realidad en el Sur global es otra. Estamos ante un problema de complejidad mayor y a veces las buenas intenciones pueden ser algo peligrosas como la continua violencia de género que existe en Internet.
Actualmente los riesgos de exponer una lista que identifique a las mujeres es mayor que los beneficios. Además de que las listas se desactualizan constantemente,es necesario un análisis de riesgo de la conformación de dicha lista: si hay consentimiento, si es voluntario,quiénes accederán a esa lista, etc.
La ausencia de las mujeres en la ciencia y tecnología no es sólo un acto de injusticia, sino un desperdicio del talento de la mitad de la humanidad que conlleva consecuencias negativas a la hora de resolver problemas a través de la tecnología y la ciencia. El techo de cristal que se encuentra en las estructuras laborales se traslada negativamente a las percepciones que tienen las niñas y mujeres de lo que pueden alcanzar. Apoyemos las iniciativas de facilitar la participación de las mujeres en distintos procesos, alrededor de distintos temas, de referir colegas y expertas a partir de mecanismos más seguros y efectivos. No sólo rompamos la barrera de cristal, sino apuntemos a que no se construyan más.