El patriarcado genera más muertes que el COVID19: Violencia de género en el contexto de pandemia

Artículo original escrito en TEDIC.

En artículos anteriores hemos analizado como la pandemia ha potenciado las posibilidades de vulneraciones a derechos humanos como el derecho a la privacidad y la libertad de expresión en relación a la vigilancia masiva mediante el uso de tecnologías intrusivas. En este artículo nos enfocaremos en cómo la tecnología puede ser utilizada para la protección y acceso de derechos humanos para hacer frente a la pandemia histórica: la violencia de género.

Previo a la existencia del COVID-19 y la declaración posterior de pandemia por parte de la OMS, la violencia de género fue declarada como una pandemia mundial por la ONU en noviembre del 20161; en tanto, a nivel global, al menos una de cada tres mujeres ha sufrido en algún momento de su vida violencia física o sexual, principalmente por parte de su pareja. En ese sentido, Naciones Unidas señaló que la violencia de género provoca más muertes que enfermedades como la tuberculosis, la malaria y todos los tipos de cáncer juntos. «De hecho, en los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental».

Si bien se han realizado esfuerzos por parte de ciertos Estados, como ser, la promulgación de leyes específicas y políticas públicas direccionadas, la gravedad de la situación no ha sido dimensionada de la misma manera que la pandemia del COVID-19; ni por parte de los estados ni por parte de la ciudadanía en general. Ejemplo de ello es que no existe ni ha existido un estado de alarma generalizado hacia la muerte y violencia sufrida por las mujeres, ni una vigilia permanente sobre el tema.

La violencia de género ha incrementado durante la pandemia

A su vez, a raíz del confinamiento que se dio a nivel global como repuesta al COVID-19, ha aumentado la violencia de género. En este sentido el concepto del hogar es un claro ejemplo de la marcada diferencia en como transitamos los espacios las mujeres. El hogar, en líneas generales, es presentado como un símbolo de seguridad; y en este contexto dicha idea se ha profundizado aún más. La medida general de protección ante el COVID-19 es mantenerse dentro de la casa. La casa, entonces, funge como elemento de combate y de protección a la pandemia. Pero en el caso de las mujeres, la casa puede significar lo contrario: el peligro a la integridad física y/o psicológica y a la vida. Ello en virtud a que, como se ha mencionado en el párrafo anterior, las agresiones provienen principalmente de la pareja de la víctima.

Entonces, a modo de ejemplificar, una mujer que ya sufría violencia por parte de su pareja, ahora se encuentra encerrada 24 horas con su agresor. Previo a la pandemia, quizás contaba con alguna oportunidad de poder acudir a buscar contención, ayuda psicológica o realizar una denuncia mientras la pareja o ella se encontraban en actividades laborales u otras. Pero con la pandemia, el aislamiento y el control –pilar del ciclo de violencia– se intensifica, imposibilitando a la mujer a acudir a personas cercanas y a obtener recursos que puedan ayudarla.

Así mismo, las circunstancias actuales pueden generar alteración de servicios públicos como la policía, la justicia y los servicios sociales. Es posible que dicha alteración también ponga en riesgo la atención y el apoyo que necesitan las sobrevivientes, como la gestión clínica de las violaciones, y el apoyo psicosocial y para la salud mental. Además, se fortalece la impunidad de los agresores.

Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, señaló que con el avance de la pandemia del covid-19, es probable que las cifras de violencia física y sexual crezcan con múltiples efectos en el bienestar de las mujeres, su salud sexual y reproductiva, su salud mental y su capacidad de liderar la recuperación de nuestras sociedades y economías y de participar de ella1.

En un informe de abril de 2020 realizado por UNFPA sobre la repercusión de la pandemia de COVID-19 en la planificación familiar y la eliminación de violencia de género, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, se hace hincapié en que las medidas de prevención y de mitigación del Covid-19 tales como la cuarentena, el aislamiento social y las restricciones de movilidad, exacerbarán el aumento en la violencia contra las mujeres y niñas. Así mismo, pueden impactar negativamente en su salud mental en tanto estar encerradas con sus agresores puede generar ansiedad, depresión e impactos a largo plazo en su desarrollo.

Tomando en consideración los ODS 2030, el informe visibiliza que a causa de la pandemia, los esfuerzos por avanzar hacia el objetivo 5 (igualdad de género) podrían verse amenazados especialmente en cuanto a violencia y a la salud sexual y reproductiva. Sobre la violencia, expresa que es probable que la pandemia socave la labor dirigida a poner fin a la violencia de género de dos maneras: a) una reducción de las iniciativas de prevención y protección, así como de servicios sociales y atención y b) aumento en la incidencia de género. Respecto del acceso a la salud sexual y reproductiva, advierte que el número de embarazos no deseados aumentará conforme se prolongue el confinamiento.

En ese sentido, calculan que por cada 3 meses que se mantenga el confinamiento, en el supuesto de que se producen niveles altos de afectación, habrá hasta 2 millones más de mujeres que no puedan utilizar anticonceptivos modernos. Si el confinamiento se prolonga durante 6 meses, con interrupciones graves del servicio debido al COVID-19, se prevén 7 millones más de embarazos no planeados.

¿Y en Paraguay?

En Paraguay, al inicio de la cuarentena obligatoria, el Ministerio Público reportó un promedio de 80 casos nuevos de violencia familiar por día; así también el Poder Judicial informó que se dieron 118 casos de violencia familiar como hecho punible cometido desde el 12 al 27 «de marzo del año en curso». El Ministerio de la Mujer, por su parte, «publicó un informe»2 de la incidencia de la violencia en tiempos de covid 19 (publicado el 2/06) donde se realiza un cuadro comparativo de las llamadas al 137 antes y durante la cuarentena donde se puede observar que hay un mayor número de llamadas en marzo y abril (meses de confinamiento) en comparación a febrero. Respecto a la tabla comparativa con el año 2019 se puede observar que el aumento se dio precisamente en el periodo de cuarentena, habiendo un incremento de 78%. En marzo de 2019, el Ministerio de la Mujer reportó 417 llamadas denunciando agresiones al 137, mientras que en marzo de 2020 la cantidad de llamadas aumentó a 626. En lo que se refiere al mes de abril, en 2019 fueron 340 llamadas y en 2020 «las llamadas aumentaron a 724» 3.

¿Cómo puede ayudar la tecnología?

Como mencionamos anteriormente, el hecho de estar en cuarentena implica o estar confinada sin poder salir o estar sujeta a restricciones de circulación; lo cual aumenta las posibilidades del control y distanciamiento impuesto por el agresor. En esos casos contar con algún dispositivo móvil se torna clave para poder lograr una comunicación con el exterior, sea para acudir a redes de contención o para realizar una denuncia. Sin embargo, el solo hecho de contar con el dispositivo no significa que éste sea seguro: también puede ser objeto de control.

No es novedad que el machismo hace uso del crecimiento de la tecnología; ejemplo de ello es la exigencia de brindar contraseñas, de revisar mensajes, fotos y/o utilizar el gps para monitorear donde se encuentra la persona entre otros. No obstante, existen mecanismos que otorgan la potencialidad de utilizar a estas herramientas como medio de empoderamiento y liberación.

La organización Derechos Digitales tradujo al español la guía de MaríaLab de cuidados digitales durante la pandemia para mujeres que se encuentran en situación de violencia» 4. En ésta proveen una serie de consejos sumamente útiles para asegurar que los dispositivos puedan servir para proteger a las mujeres.

¿Cómo verificar si tu agresor te está monitoreando?

Antes que nada hay que preguntarse si el teléfono móvil fue un regalo del agresor, si es que fue configurado por él y si tuvo (o tiene) acceso a tu teléfono durante un tiempo considerable. Si las respuestas son afirmativas, existen maneras de chequear la configuración del celular:

1. Revisa tu teléfono celular para ver si tiene un programa espía: verifica si tu teléfono celular se ha colocado en modo ROOT. Las aplicaciones espías usan este modo para monitorear tus pasos sin que te des cuenta. Es decir, con una aplicación espía se puede acceder a todo tu teléfono celular: chats, fotos, ubicación, escucha de llamadas, etc. Para verificar, te recomendamos que descargues la aplicación Root Verifier para Android, a través del Play Store, para realizar esta verificación

2. Asegúrate de tener acceso a tu cuenta de Google o iCloud en tu teléfono y, si es posible, cambia la contraseña:

3. Verifica si existen aplicaciones de “Find my Phone” instaladas en alguna parte de tu celular. Generalmente están dentro de las aplicaciones de administración remota del celular (Samsung, Nokia, LG). Si encuentras esa app, verifica la cuenta de acceso a ésta y, si no reconoces la cuenta, desactiva la aplicación, ya que podría revelarle tu localización a la persona que tiene acceso a la cuenta. Si no sabes cómo desactivar aplicaciones en Android, chequea este enlace, y para iPhone mira aquí.

4. Verifica si entre las aplicaciones instaladas en tu celular existe alguna con el permiso ‘Superuser’. Aplicaciones así tienen mucho más control que las otras, y pueden ser software espía o un virus. Aquí un enlace que explica cómo hacer esto.

¿Cómo volver tu teléfono más seguro?

1. Coloca una contraseña de bloqueo en tu teléfono, preferentemente las contraseñas que combinen palabras y números (alfanuméricas). Aquí, un paso a paso de cómo hacerlo en Android.

2. Verifica las aplicaciones instaladas en tu celular. Ve a Configuraciones > Aplicaciones y observa qué es lo que sabes acerca de lo que hace cada una de éstas. Si encuentras alguna aplicación que no usas o que no sabes qué es, busca más informaciones sobre ésta en internet. Y si no es una aplicación del sistema del celular, desinstala la app. Aquí, cómo desinstalar aplicaciones en Android.

3. En caso de que no puedas colocar una contraseña o tener privacidad en tu celular por presión del agresor, es posible instalar una aplicación de contraseñas para bloquear las demás aplicaciones y simular un error. Esa aplicación imita un problema en el celular en caso de que la persona intente entrar en las aplicaciones sin contraseña. Recomendamos AppLock.

4. En caso de que tu agresor vea tus mensajes en el celular, recomendamos borrar el historial de mensajes del chat y acordar códigos de comunicación con tu red de apoyo. Acuérdate también de que el historial de búsquedas de navegación en internet queda registrado en tu celular. Para mayor protección borra también esos registros. Para borrar fotos de Whatsapp, ve a la galería de fotos y vídeos de tu celular, selecciona y borra de la carpeta “Whatsapp images” y “Whatsapp Videos”. Para borrar el historial de navegación en Chrome sigue los siguientes pasos en este enlace.

¿Cómo registrar y guardar imágenes con seguridad?

1. Una grabación de audio, una foto, un video o hasta una captura de pantalla de una conversación de chat pueden ser evidencias importantes para acusar al agresor. Pero antes de hacer un registro piensa en tu seguridad. Si no te sientes segura, no hagas el registro.

2. Los celulares pueden ser usados para grabar audio, vídeos, fotos y textos. Existen muchas aplicaciones que pueden ayudar en ese registro. Cuando las uses acuérdate de anotar el lugar, horario y fecha del incidente. Esa información será útil para la denuncia. Para guardar y proteger informaciones en tu celular recomendamos el uso de las siguientes aplicaciones que ocultan fotos, videos y demás archivos que escojas:

Para acceder a la guía completa podes hacer clic acá.

Juntas nos cuidamos

¿Conocés alguna organización o colectivo que trabaja en torno al tema o encontraste recursos y materiales relacionados que te gustaría sugerir?

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Por otra parte recordamos que el Ministerio de la Mujer cuenta con la línea 137 SOS Mujer las 24 horas, todos los días. El servicio gratuito, desde cualquier telefonía, ofrece orientación y contención a mujeres víctimas y a personas que tengan conocimiento de casos de violencia.

El Ministerio también habilitó dos números de WhatsApp para brindar respuestas, rápidas a mujeres en situación de violencia: 0981 112 127 y 0981 110 104.

Notas:

  1. https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-women-during-pandemic
  2. Disponible aquí.
  3. Ver: Impulsan acciones ante aumento de llamadas por violencia
  4. Guía de MaríaLab disponible aquí.