Los riesgos de amar en línea para la comunidad TLGBIQ+

Casi todas las personas buscamos estar acompañadas. Nos rodeamos de familia, amigos, compañeros de trabajo y parejas amorosas a lo largo de nuestras vidas, con el objetivo de construir proyectos conjuntos, tener hijos y un sinnúmero de posibilidades relacionadas al universo de ser humano.

Internet, y su innegable capacidad de permear las esferas de la vida humana para darle una nueva significancia digital, se ha constituido en una realidad que habilita nuevas formas de conocer personas y generar comunidades en sus distintos formatos.

Existen una serie de situaciones relacionadas a la estructura de Internet y también a las personas que la habitamos que pueden habilitar una serie de sesgos y riesgos a determinadas comunidades y colectivos que en su búsqueda de relaciones sociales, pueden terminar cediendo o perdiendo demasiado.

El transitar en línea de la comunidad TLGBQI

La lucha de la comunidad TLGBQI en contra de la invisibilización y por el reconocimiento de sus derechos humanos es de larga data y ha encontrado un nuevo frente en el entorno online. Activistas, defensores de derechos humanos y organizaciones TLGBQI realizan una serie de actividades, difusión de información y posicionamientos varios a través de redes sociales y otros canales habilitados por Internet.

Sin embargo, en el entorno en línea se suelen presentar situaciones de violencia, tal como ocurre en las calles, que provienen tanto de las  plataformas, como de la sociedad. Esto impacta directamente en la manera en la que personas de la comunidad pueden informarse sobre ciertos temas específicos, así como en la posibilidad de encontrar otros puntos de vista para los fenómenos sociales.

Una pregunta que todavía no ha sido explorada en toda su complejidad está relacionada con la manera en la que la comunidad TLGBQI se relaciona con plataformas específicamente diseñadas para personas de dicha comunidad. ¿Es esta la solución para proteger a la comunidad del odio a lo diferente y crear espacios seguros?

¿Qué es Grindr?

Los números de la aplicación social móvil para hombres más grande del mundo son sorprendentes. En su kit de prensa, disponible para que todo el mundo la descargue, Grindr se define:

Con tres millones de usuarios diarios y activos en todos los países del mundo, Grindr es la red social móvil masculina más grande del mundo. Desde su lanzamiento en 2009, se ha convertido en una parte fundamental de la vida diaria de usuarios en todo el mundo.

Grindr, una aplicación gratuita respaldada por publicidad, y Grindr Xtra, su servicio de suscripción premium, usan tecnología de ubicación en dispositivos IOS y Android para conectarse instantáneamente con otros hombres en su área que quieran chatear y reunirse. Tiene el mayor compromiso de todas las aplicaciones de citas disponibles, con un promedio diario de 54 minutos por usuario2

En comparación con otras aplicaciones de citas —como se les suele llamar— Grindr afirma que en promedio, un usuario de su aplicación la utiliza por 54 minutos. En promedio un usuario realiza 18 ingresos diarios y a nivel global circulan unos 228 millones de mensajes y unas 20 millones de fotografías. A través de su infraestructura, circula así un enorme caudal de información de una comunidad muy específica.

Como ya está señalado más arriba, parte central de la lógica de funcionamiento de Grindr tiene que ver con conectar personas que se encuentran en un radio geográfico cercano. Queda a criterio de cada usuario el habilitar o no la función específica que visibiliza la distancia exacta en la que se encuentra con relación a otros usuarios, pero mismo así, el solo hecho de estar visible en una determinada zona evidencia la presencia física de la persona en el territorio. La compañía aclara esto cuando un usuario opta por deshabilitar la función “mostrar mi distancia” al decir que:

No se mostrará la distancia que tienes con otros usuarios. Sin embargo, tu perfil será visible para otros chicos en la cuadricula, clasificado según tu distancia con ellos. Por lo tanto, puede inferirse una distancia aproximada.

Por último, el servicio tiene un servicio gratuito —sostenida por publicidad— y otro paga, denominada Grindr XTRA, que habilita una serie de funcionalidades que permite una mayor visualización de personas dentro de una determinada cuadrícula, la no visualización de publicidad, y otras que estaremos explicando con mayor detalle más adelante en este artículo.

¿Grindr es de quién?¿Para quién?

Fundada en 2009 por Joel Simkhai, Grindr es una aplicación móvil con aproximadamente 3.300.000 usuarios distribuidos en 192 países. Sin embargo, en 2016, 60% de la compañía fue adquirida por el consorcio chino Beijing Kunlun Tech Company. A inicios de este año, el mismo consorcio adquirió el faltante para ser su único dueño.

En este mundo capitalista habituado al pase de empresas de un consorcio a otro con la misma facilidad con la cuál se solicita un delivery, la noticia no pasaría de ser una anécdota en la sección de negocios de cualquier diario. Sin embargo, un análisis más de fondo puede servir para disparar una cuantas reflexiones de múltiple significado y alcance.

En primer lugar, Grindr es un servicio dirigido a un colectivo históricamente marginado y vulnerable en la mayoría de los países del mundo. Más allá del reciente proceso de empoderamiento de la comunidad TLGBQI, acompañado de un proceso con legislaciones más progresistas e inclusivas, lo cierto es que todavía hay mucho camino por recorrer en los 192 países en los cuáles opera Grindr.

Lo anterior busca cuestionar cómo estas grandes compañías se relacionan con sus clientes —o público objetivo— si es que se prefiere un término menos vertical. ¿Cómo es que un consorcio chino especializado en videojuegos dialoga con las bases que finalmente sostienen y dan sentido a sus negocios?

Sin emitir juicios de valor sobre si es que hay una real voluntad del consorcio Kunlun para comunicarse y responder a las necesidades particulares que la comunidad TLGBQI presenta en distintos países, se podría inferir que un tiburón corporativo —acostumbrado a comprar y vender acciones de manera automática como un bot— no sea especialmente cuidadoso o empático con dichas necesidades.

Definitivamente, la experiencia y necesidades de un usuario de Grindr viviendo en el sur de California no son las mismas que las de alguien viviendo en Asunción en el Bañado Sur, y que utiliza el mismo servicio. Es muy probable que ocurran más a menudo experiencias negativas en el uso de esta plataforma en países donde no existen muchas garantías para la comunidad TLGBQI. No sucede los mismo con las posibilidades de respuesta por parte de la compañía, ya que las chances de obtenerlas son mucho más altas para usuarios cercanos al norte.

Esto es una crítica de fondo que hace incluso al modelo global de negocios que todo lo vende al mejor postor, y que responde también a modelos colonialistas y verticales que no tienen muy en cuenta al último eslabón de la cadena de producción —o de consumo de servicios en este caso— y que son los clientes. Lo anterior se ve incluso empeorado con usuarios del sur global y de países periféricos… Pero, ¿para qué cambiar? El modelo funciona muy bien así, ¿o no?

¿Privacidad por error?

La importancia de la protección de los datos personales y la privacidad adquirió un nuevo significado con el advenimiento de Internet. Grupos de activistas de todo el mundo vienen advirtiendo desde hace años sobre los peligros que las nuevas tecnologías e Internet plantean sobre las personas en su individualidad e interacción con la sociedad.

Los escándalos de Cambridge Analytica o el hackeo a la empresa de informes crediticios Equifax son ejemplos de cómo los peligros son reales y con consecuencias directas sobre la vida de las personas. Pero, más allá de los distintos grados de consecuencias que tal o cual situación pueda significar, ¿qué ocurre cuando los datos que se exponen ponen en riesgo la vida de uno y la forma en la cuál una persona exterioriza su vida con los demás?

En el caso específico de Grindr, ya desde 2014 existen una serie de problemas y denuncias realizadas por especialistas, que tienen que ver con riesgos que se generan en el uso de la plataforma.

Uno de los últimos casos que adquirió repercusión global fue una falla de seguridad en la geolocalización de usuarios que habían optado por no ser geolocalizados en sus perfiles. A través de la página C*ckblocked —creada por Trever Faden— usuarios de Grindr podían acceder a información sobre otros perfiles que los habían bloqueado, y, a su vez, Faden podía acceder a un montón de datos de usuarios como mensajes no leídos, correos electrónicos, fotos borradas y la geolocalización de usuarios que incluso habían deshabilitado está función.

Según palabras del propio Faden: «Uno podría, sin demasiada dificultad o incluso gran cantidad de habilidades tecnológicas, identificar fácilmente la ubicación exacta de un usuario».

Por último, en febrero pasado, Grindr fue objeto del enojo de sus clientes y del escrutinio de los medios, debido a que una investigación independiente de la organización SINTEF, arrojó como resultados que la compañía estaba compartiendo información de sus clientes a terceros, incluida información sobre de salud como VIH positivo, de usuarios que tenían ese dato en su perfil.

El principal problema tenía que ver con el hecho de que información como el ID del teléfono, correo y posición de GPS era enviada en el protocolo HTTP junto con la información del estatus de VIH —que si era enviada encriptada— que combinados hacían mucho más fácil la posibilidad de identificar usuarios. Lo anterior se agrava en países donde la orientación sexual y estatus de VIH pueden tener como consecuencia casos de discriminación de variado grado y tipo, y que son países en los cuáles Grindr posee clientes3.

Hay varias formas de explicar todo lo anterior. En primer lugar, es innegable que las constantes fallas de seguridad que Grindr ha sufrido, tienen que ver con su propio diseño original, en que no se incorporó el concepto de privacidad por diseño4.

Otra explicación tiene que ver con la gestión y la evolución de la plataforma es decir, ¿quiénes son las personas involucradas en el manejo y gestión de estas compañías de tecnología? ¿Entienden estos gestores las consecuencias de sus acciones en el marco de que su servicio es una plataforma utilizada por una comunidad altamente vulnerable?

Elaborando un poco más, aquellos técnicos encargados de mantener la plataforma y otras personas involucradas en el funcionamiento correcto de la empresa, ¿tienen vínculos con la comunidad? ¿qué tan diverso es equipo técnico de desarrollo? ¿y el de políticas públicas?

En contextos tan distintos como los de países en Oriente Medio, África y Latinoamérica, donde la homosexualidad continúa siendo un tabú, e incluso ilegal dependiendo del país, este tipo de vulnerabilidades no pueden continuar ocurriendo, porque podrían causar daños irreversibles sobre la vida de los usuarios, que han cambiado la manera en que la comunidad TLGBQI se relaciona e interactúa.

Mientras el panorama a nivel global en la producción de tecnologías y contenidos en Internet siga igual, con una mayoría masculina, blanca y del norte global en la toma de decisiones, continuaremos viendo una serie de problemas de estas aplicaciones y plataformas que impactan en colectivos mucho más diversos, que son quienes las utilizan.

La identidad —digital— como sentencia de muerte

La idea que defendía una disociación del mundo offline con el online ha quedado fuera de uso: la identidad digital y los hábitos en línea están necesariamente asociados a la propia noción de ser y personalidad de las personas. Incluso en algunos casos, comportamientos en línea evidencian mucho más de lo que la mayoría de la sociedad pueden percibir y asumir sobre una determinada persona.

Existen contextos donde esa identidad o comportamiento digital pueden generar una serie de problemas bastante engorrosos que varían en gravedad y consecuencia, y que sin embargo tienen como efecto transversal y común la discriminación y marginación. En algunos contextos, dicha comportamiento en línea, en cuestiones que atañen a la vida privada y específicamente al ejercicio de la sexualidad, pueden estar dados en contextos en los cuáles existen solo determinadas formas “tradicionales” de ejercerla, y todo lo que queda excluido de esto es penado y castigado, incluso con la muerte.

En este contexto, varios festejaron la alianza conseguida entre Grindr y Article 19 para proteger a comunidades TLGBQI en Egipto, Irán y Líbano, quienes sufren acoso policial, tortura y también pérdida de libertad. La colaboración con Article 19 significó la implementación de una serie de cambios en la aplicación para proteger a usuarios en el Medio Oriente, el Golfo y norte de África, zonas conocidas por ser problemáticas para la comunidad TLGBQI. Las mejoras de seguridad incluyen la posibilidad de cambiar la apariencia de la aplicación así como solicitar una contraseña de acceso para que la aplicación pueda abrirse.

Seguridad para quien la paga

Más allá de reconocer y aplaudir el hecho de que Grindr se preocupe por la seguridad de sus usuarios y habilite a este tipo de funcionalidades, preocupa el hecho de que estas características de seguridad se encuentran disponibles de diferente forma en distintos países.

Específicamente en Paraguay —y probablemente en otros países de Latinoamérica— las características de seguridad están disponibles solamente en el servicio de pago Grindr Xtra, que dependiendo del plan, varía entre 5 y 12 dólares.

Partiendo de la realidad de un mercado que todo lo dicta y condiciona, deberían existir salvaguardas cuando se habla de la seguridad de las personas.

Latinoamérica, con importantes conquistas de derechos para la comunidad TLGBQI como el matrimonio igualitario en Brasil, Argentina y Uruguay, se encuentra actualmente en un franco proceso de retroceso asociado a la subida al poder de grupos fundamentalistas evangélicos y católicos con una agenda anti-derechos muy marcada. En este lamentable contexto, el colectivo TLGBQI tiene todas las de perder.

En Paraguay es debido a estos grupos y su intenso lobby que no se cuenta con una Ley contra Toda Forma de Discriminación. En Brasil, el intenso poder de estos grupos les coloca en una potencial llegada al poder — a la Presidencia de la República— en las elecciones de octubre próximo. Estas son llamadas de atención que marcan retrocesos en derechos y aumento de riesgos hacia la comunidad TLGBQI, por lo que más que nunca se vuelve necesario ajustar los mecanismos de protección.

Grindr, una aplicación de citas para la comunidad gay que solo en 2014 tuvo ganancias aproximadas de 31.8 millones de dólares, debe estar al frente de la protección a estas comunidades en el marco de sus funciones y atribuciones: se lo debe.

Hacia una Internet abierta y democrática para todos y todas

La lucha por una Internet que se convierta en una herramienta para el ejercicio de la democracia y no en un arma al servicio de intereses corporativos y de regímenes autoritarios todavía está lejos. Solamente en 2018, numerosos reportes de prensa alrededor del mundo dieron cuenta de cómo empresas y gobiernos explotan la red para sus intereses particulares relacionados al lucro y la vigilancia.

Entender internet como un espacio político de disputa de poderes es un paso importante que debemos asumir para entender cuál es nuestra posición y rol en dicho espacio. Sea como individuos, como organizaciones, como servidores públicos o sector privado, todos nos beneficiamos de las numerosas oportunidades ofrecidas por internet.

En el caso de la comunidad TLGBQI, su histórica resistencia en las calles para ser reconocida como sujetos de derecho, ha propiciado enormes cambios en la legislación de varios países, y también sobre la manera en la cuál la sociedad se relaciona con dichas comunidades. Internet sin embargo, ha abierto un nuevo campo de batalla —licencia poética aparte— que debe ser tomada en cuenta muy seriamente en el camino de emancipación y conquista de derechos de la comunidad TLGBQI.

Tal como se establece en los Principios Democráticos para una internet abierta:

«Una Internet abierta, donde todos los ciudadanos puedan expresarse libremente, compartir y debatir ideas y participar en actividades económicas, es una parte esencial de una democracia moderna y vibrante. Es necesario garantizar que internet siga siendo abierta y accesible para fortalecer el compromiso democrático, permitir la participación equitativa en la economía de mercado y promover la responsabilidad social.

El creciente desplazamiento del discurso político y social a las plataformas en línea ha llevado a un aumento correspondiente en el uso de internet como una herramienta que puede silenciar la disidencia, promover la violencia y perpetuar las desigualdades prevalecientes, incluido el acceso y el uso. La naturaleza nueva y en rápida evolución de internet significa que muchos ciudadanos no están informados o desinformados sobre cómo se aplican sus derechos fundamentales, como el habla, el montaje y la asociación, en un mundo digital».

La libre expresión es parte esencial de la democracia e impliqua acceder y difundir información, dar nuestra opinión sobre un tema, y… ¿por qué no? amar a quien queremos y como queremos. Aplicaciones como Grindr han significado una reconfiguración total sobre la manera en la cuál la comunidad TLGBQI interactúa y se conoce, propiciando espacios seguros en los cuáles la comunidad se siente libre de expresarse como realmente es.

Sin embargo, los peligros de utilizar esta plataforma, así como las constantes preocupaciones sobre protección de datos y privacidad —otro aspecto esencial asociado a los regímenes democráticos modernos— deben ser criticados y subsanados por las compañías de tecnologías y la propia comunidad de usuarios que consume diariamente Grindr y otras aplicaciones.

Así también, regímenes que utilizan los hábitos de comportamiento en línea —tanto en Grindr o similares— para castigar o censurar, deben ser ampliamente condenadas por la comunidad internacional. Su falta de comprensión ante las oportunidades que una Internet libre ofrece son solamente un recordatorio de cómo el trabajo que se debe continuar realizando entre organizaciones de la sociedad civil, usuarios y activistas de Internet, tiene todavía largo trecho y son la única esperanza de una Internet democrática para todos y todas.

1 El autor adopta el acrónimo TLGBQI  en el marco del mes de la memoria 108 en Paraguay, que se realiza cada septiembre, y que colocó la T al inicio de las siglas como  reivindicación y reconocimiento a la comunidad trans en Paraguay

2 Grindr Press Kit. Available in: https://www.grindr.com/press/

3 Luego del escándalo, Grindr elaboró un comunicado e informó que no compartiría más esos datos: https://grindr.tumblr.com/post/172528912083/heres-what-you-should-know-regarding-your-hiv

4 Para más información acerca del concepto de privacidad por diseño, ingresa aquí: https://www.tedic.org/guia-basica-de-seguridad-digital-para-startups/