Este artículo fue escrito por: Jessica Pereira
En 1985, en su texto Manifiesto para Cyborgs, Donna Haraway nos presentó su propuesta del mito cyborg para reflexionar un feminismo socialista del siglo XX. En su planteamiento, nos revelaba las informáticas de la dominación y la feminización del trabajo como algunos de los elementos necesarios para pensar un mundo por venir. Hoy, las mujeres y las disidencias sexogenéricas, deseándolo o no, habitamos una cotidianeidad cibernética desde donde vivimos, comunicamos y gestionamos la vida. Por lo que, los feminismos han generado propuesta de disputa discursiva y generación de vida en la internet como las VNS Matrix y las Laboria Cuboniks, quienes hoy nos invitan a pensar en una propuesta Xenofeminista.
Este trabajo consiste en una exploración filosófica de las propuestas teóricas cyborgfeministas, a la luz de la publicación del Manifiesto para Cyborgs de Donna Haraway y de los caminos del pensamiento post-estructuralista y tecnofeminista, desde donde se buscan pistas para pensar posibilidades feministas de habitar, vivir y crear en la internet.
Prefiero ser un cyborg que una diosa
Una de las frases más utilizadas para enlazar el mito político del cyborg construido por Donna Haraway con los movimientos cyborgfeministas1, feministas de la internet que reivindican las nuevas tecnologías como posibilidad emancipatoria para las mujeres y las disidencias sexógenericas. En este trabajo se propone explorar las posibilidades que abre el Manifiesto para Cyborg: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del XX de Haraway. A partir de su propuesta, se analizan los feminismos interesados en el desarrollo tecnológico, la internet como posibilidad de liberación, y la fuga a los esencialismos de género. Así mismo, se aborda el ciberfeminismo de finales del siglo XX, su cruce con el tecnofeminismo, y las nuevas propuestas del Xenofeminismo intentan ser nombradas desde las teóricas latinoamericanas que en el sur y los ciberfeminismos actuales traen propuestas teóricas no esencialistas, situadas y anticapitalistas (Ávila, 2022; D’Andrea, 2022; Hester, 2018; Wajcman, 2006)
Manifiesto para Cyborgs, la apuesta por otros mundos feministas imaginables
En 1985 Donna Haraway nos invita a través del Manifiesto para Cyborgs, a usar y reinventar la imagen del cyborg como propuesta utópica política para imaginar otras formas de habitar las nuevas tecnologías por venir. El texto, redactado con cierta ironía, casi encriptada, habilita a las múltiples interpretaciones o derivas que hoy se encuentran de su mito político. En palabras de Haraway, el manifiesto es:
un esfuerzo blasfematorio destinado a construir un irónico mito político fiel al feminismo, al socialismo y al materialismo. La blasfemia requiere que una se tome las cosas muy en serio y, para mí, es el mejor referente que puedo adoptar desde las seculares tradiciones religiosas y evangélicas de la política norteamericana –incluido el feminismo socialista–. Por eso, este trabajo es mucho más auténtico que si surgiese como mito e identificación. La blasfemia nos protege de la mayoría moral interna y, al mismo tiempo, insiste en la necesidad comunitaria. La blasfemia no es apostasía. La ironía se ocupa de las contradicciones que, incluso dialécticamente, no dan lugar a totalidades mayores, y que surgen de la tensión inherente a mantener juntas cosas incompatibles, consideradas necesarias y verdaderas. La ironía trata del humor y de la seriedad. Es también una estrategia retórica y un método político para el que yo pido más respeto dentro del feminismo socialista. En el centro de mi irónica fe, mi blasfemia es la imagen del cyborg
(Haraway, 1995).
Con Haraway (1995) se entiende al cyborg es como “un organismo cibernético, un hibrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción”. Figura que desde allí nos permite ver cómo es posible (re)inventar una imagen que, en la perspectiva de la ciencia y política occidental, se ha construido desde tradiciones capitalistas, racistas y extractivistas. En este contexto histórico marcado por la violencia, el colonialismo, la desigualdad y el control de los cuerpos, Haraway invita con la figura del cyborg, a romper las fronteras dicotómicas imaginarias más conocidas establecidas en las ciencias: lo natural y lo artificial, lo humano y la máquina, lo biológico y lo tecnológico.
El manifiesto se estructura en seis apartados: Sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en un circuito integrado, Identidades fracturadas, Las informáticas de la dominación, La economía del trabajo casero fuera del hogar, Las mujeres en el circuito integrado y “Cyborgs”: un mito de identidad política. A través de estos capítulos y a lo largo del texto, Haraway propone su mito político, construye una propuesta política feminista, donde discute y conversa con los feminismos socialistas, con los esencialismos feministas que elaboraron una identidad en el “ser mujer”, y con la tecnociencia por su historia capitalista, racista, colonialista.
Además Haraway, busca establecer alianzas conceptuales con las ideas de Rachel Grossman sobre “las mujeres en el circuito integrado”, para nombrar la situación de las mujeres en un mundo tan íntimamente reestructurado a través de las relaciones sociales de ciencia y de tecnología. También con la “conciencia opositiva” de Chela Sandoval y “los parentescos políticos” de bell hooks2. En resumen, Haraway construye este mito político gracias a la ciencia ficción feminista, las feministas materialistas, las feministas radicales y las feministas de negras, conjugando una visión teórica llena en matices.
Cyborgfeminismos creando y habitando la red
Desde el sur latinoamericano, Torraano y Fischetti (2020), con sus reflexiones sobre filosofía feminista de la técnica y la tecnología, mencionan que las primeras teorías feministas sobre la tecnología, especialmente sobre aquellas centradas en la reproducción, la consideraban a esta como una amenaza de dominación sobre los cuerpos de las mujeres. Sin embargo, con el avance de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) de los años 90, surgió una nueva visión sobre la tecnología menos tecnofobica. Para Torrano y Fischetti, las corrientes feministas que desarrollan teoría en relación a la tecnología y el género son diversas.
Las autoras mencionan las principales corrientes que se desarrollan desde el norte global. De los ejemplos, destacan: el feminismo radical, que visibiliza la dominación masculina y el control de la mujer especialmente a través de las tecnologías reproductivas (Shulamith Firestone); el feminismo liberal, que denuncia la hegemonía masculina en el ámbito de la tecnología y el sexismo inherente como resultado de una tecnología diseñada y pensada exclusivamente por varones (Martha Trescott); el feminismo socialista, que analiza críticamente la relación entre trabajo y tecnología, así como su impacto histórico en las mujeres (Angela Davis), como también, el sesgo de género que presentan las tecnologías domésticas (Cynthia Cockburn) y las relaciones de género que son moldeadas por la tecnología e impactan en el diseño de las mismas (Juliet Webster).
Con los feminismos citados en el párrafo anterior, se adhiere, la intención del feminismo cyborg de borrar los dualismos del pensamiento occidental (Donna Haraway). Por su parte, el ciberfeminismo mira a la tecnología digital como una posibilidad que permitiría eliminar el binarismo de género (Sadie Plant). El tecnofeminismo que cuestiona los estereotipos que asocian tecnología con masculinidad y reflexiona la nueva era digital en relación a las relaciones de género (Judy Wajcman). Finalmente, el Xenofeminismo que considera que la tecnología otorgara a las mujeres más tiempo libre y mayor control sobre sus cuerpos, promoviendo un uso político del género y la tecnología (Laboratoria Cubonik, Helen Hester).
En esta caracterización, Torrano y Fischetti, identifican que, estos feminismos no solo cuestionan la subordinación de las mujeres, sino también la constitución del género, de la sexualidad, de los cuerpos, de las subjetividades de las formas de vida. A partir de estas corrientes mencionadas, desde Sadie Plant, iremos explorando las posibilidades del ciborgfeminismo, que podrían darnos pistas para enmarcar conceptual e históricamente a este movimiento diverso, que hoy tiene tentáculos y Red en los activismos feministas globales.
Según Sadie Plant, el ciberfeminismo, se constituye en la cooperación entre mujer, máquina y nuevas tecnologías. En su obra Zeros and ones: Digital women and the new technoculture, de 1997, escribe la obra más representativa de dicha corriente. Para D’Andrea (2022), Plant sostiene que las nuevas máquinas poseen un potencial específico para la política feminista y es necesario apartar esta idea de interpretaciones biologicistas o esencialistas. Sin embargo, esta mención es relevante porque a diferencia de D’Andrea, Wajcman interpreta a Plant como “políticamente conservadora” por enunciar a las nuevas tecnologías como inherentemente femenina. Según ella:
La Internet de Plant, y quizá la de la mayoría de las ciberfeministas de fin de siglo, es una red caótica, dinámica, horizontal, descentralizada, carente de regulación y, en cuanto tal, emerge como un espacio de puras posibilidades en los relatos tecnotópicos del momento. (2022)
Con las nuevas tecnologías como posibilidad de acción feminista, en la década de los 90, el grupo de activistas VNS Matrix, traen las primeras señales del cyborgfeminismo como movimiento de acción política que integra el arte, el discurso y la internet como sus plataformas.
Las VNS Matrix3, este colectivo australiano compuesto por Josephine Starrs, Julianne Pierce, Francesca da Rimini y Virginia Barratt, redactó el primer Manifiesto Ciborgfeminista denominado: Cyberfeminist Manifesto for the 21st Century (Manifiesto Ciberfeminista para el siglo XXI) donde declaraban:
somos el virus del nuevo desorden mundial rompiendo lo simbólico desde dentro saboteadoras del ordenador central del gran papá el clítoris es una línea directa a la matriz VNS MATRIX examinadoras de los códigos morales mercenarias del fango nos follamos el altar de lo abyecto sondemos el templo visceral hablamos en lenguas infiltrando trastocando diseminando corrompiendo el discurso somos el coño del futuro.
Las VNS Matrix reivindicaron un ciberfeminismo artístico, irónico y provocador. Además del colectivo, es necesario nombrar a Old Boys Network4, la primera alianza ciberfeminista internacional, grupo que impulsó la redacción del Manifiesto de “100 anti-theses cyberfeminism is not…”, 100 anti-tesis que indican lo que no es el ciberfeminismo, por ejemplo, algunas de ellas son: el ciberfeminismo no es una fragancia, el ciberfeminismo no es una ideología, el ciberfeminismo no es aburrido, el ciberfeminismo no es una institución, el ciberfeminismo no es una teoría, el ciberfeminismo no es esencialista, el ciberfeminismo no es natural, el ciberfeminismo no es sin conectividad, no es romántico, no es una estructura. Este documento permite identificar al movimiento ciborgfeminista ocupando la internet, creando y habitandola con diversas acciones desde el arte, la cultura, las teorías feministas y tecnocientíficas, la política, las comunicaciones
Para D’Andrea (2022) este “rechazo a la definición funciona como una apuesta tanto por la práctica —el ciberfeminismo es una actividad— como por un feminismo constituido a partir de alianzas parciales, nómadas y articuladas desde la diferencia, en lugar de identidades esenciales, estancas y excluyentes”. El manifiesto fue construido en el I Internacional Ciberfeminista, en 1997, en el marco de Documenta X5. Las anti-tesis se redactan desde la dificultad que se encontró para definir el cyborgfeminismo como movimiento unificado. Es importante mirar estas primeras acciones de los cyborgfeminismos en su contexto dentro del pensamiento occidental, principalmente en los países del norte global.
La Internet y las tecnologías emergen, así como lugares y posibilidades para la liberación de las mujeres, como también las estrategias de comunicación y socialización que pueden desarrollarse en las plataformas. Se puede entender al movimiento ciborgfeminista como estructuralmente tecnófilo a diferencia de otros feminismos contemporáneos a su nacimiento que ven a las tecnologías como violentas y herramientas de opresión de lo Otro6, que no sea un Hombre CIS7 de clase media del norte global.
Con cierta distancia a esos inicios del ciborgfeminismo, el tecnofeminismo de Wajcman (2006) se enfoca en el reconocimiento de que sólo nosotras podemos liberarnos a nosotras mismas, por lo que entiende que la política feminista es “posible y necesaria”. Para la autora, el tecnofeminismo permite el análisis de la relación de los activismos feministas locales como de los movimientos feministas globales. Este análisis nombra las redes socio-técnicas que desde los estudios de la tecnociencia hegemónico se plantean pero ignorando los factores de género.
Como se expresó anteriormente, la intención es mencionar apuestas desde los feminismos en incidir, hacer, crear y disputar la Internet. Entre otras propuestas teóricas encontramos al Xenofeminismo, que se hace presente con el manifiesto publicado en el 2015 por Laboratoria Cuboniks8, grupo integrado por Diann Bauer, Katrina Burch, Lucca Fraser, Amy Ireland, Patricia Reed y Helen Hester. El manifiesto XF parte desde un cuestionamiento que nos recuerda a las reivindicaciones históricas del ciborgfeminismo “¿Por qué hay tan poco esfuerzo organizado y explícito para redirigir las tecnologías hacia fines políticos progresivos de género?” Según Hester (2018) podríamos entender al Xenofeminismo como un trabajo que articula al ciberfeminismo, posthumanismo, aceleracionismo, feminismo materialista con la intención de disputar en nuestros tiempos la política feminista.
Ademas de todas estas apuestas teoricas ya mencionadas, en el sur, desde latinoamerica encontramos practicas y teoría ciborgfeminista. Binder (2019) busco identificar y sistematizar los marcos conceptuales a través de los cuales las participantes de la lista de correos ciberfeministaslatam le dan sentido a su práctica ciberfeminista. Las activistas entrevistadas ayudaron a definir este movimiento en la región, han mencionado que su activismo es una manera de ver la vida, un posicionamiento político desde el cual pensar y actuar. En su conversación la autora encuentra dos posiciones de las integrantes de grupo de correos ciberfemistaslatam. Por un lado, quienes se ven como usuarias y por el otro a quienes están pensando las tecnologías desde sus dimensiones de la infraestructura y el código. Es esa pluralidad donde encuentra al ciberfeminismo latinoamericano que obliga a esta teoría feminista a hablar de ciberfeminismos. Este plural que visibiliza las distintas formas, lugares, voces, relaciones y evita los riesgos de jugar las practicas como “menos ciberfeministas” o “más ciberfeministas”. Según (Torrano & Fischetti, 2020) un rasgo central del ciberfeminismo latinoamericano9 es que presenta un abordaje de la tecnología interseccional.
Conclusión
Todos estos cruces feministas que deciden pensar la tecnociencia, la Internet, las informáticas de la comunicación y por lo tanto las formas de construir tecnología y habitar la web presentan relaciones con el ciborgfeminismo como un hacer feminista que decide ocuparse en pensar como navegar(usar) y constituir (hacer) internet disputando su historia patriarcal pasada y presente.
Lo fundamental es que un feminismo advirtió la necesidad de aquella nueva territorialización y cuestionó la cultura heteropatriarcal y capitalista imperante. Con todas las imperfecciones que desde una lectura actual podemos hacer, los inicios del ciberfeminismo planteó la relación —de afinidad, estrategia o performatividad— entre feminismo y tecnologías digitales, y sentó las bases para el porvenir de ciberfeminismos más complejos, inclusivos y situados, decoloniales e interseccionales.
(D’Andrea, 2022)
Si bien, se ha tomado al mito cyborg como inspiración para imaginar mundos posibles con las nuevas tecnologías, en un inicio desde una mirada mucho más romántica, aunque este mito feminista trae consigo una ruptura a los esencialismos. Los ciborgfeminismo hoy no ignoran el entramado patriarcal y capitalista de las tecnologías, siendo así más coherentes a la propuesta feminista inicial de Haraway. Han buscado habitar y crear redes para sostener formas de vida cada vez más feministas que no normalicen la violencia en la web ni fuera de ella. Una de las entrevistadas de Binder (2019) mencionaba “En el momento en que eres mujer, estás en redes y tienes cierto aprecio o cierta conciencia de cuerpo, de clase y de género, eres ciberfeminista. De esa sí no te puedes escapar.”
Esta potencialidad del activismo feminista, diverso, disruptivo y en constante construcción que ha mirado las tecnologías como lugar para instalar ideas, combatir la violencia patriarcal y crear futuros feministas vivibles es estructura fundamental de lo que en la actualidad están construyendo las teorías y practicas ciborgfeministas. Practicas que desde el sur global nos invitan a ser situadas, para poder ejercer una practica critica contra la estructura patriarcal y colonialista de las tecnologías.
Bibliografía
Ávila, S. C. L. (2022). Cyborg feminismo. Una mirada transversal, anarquista y filosófica. Protrepsis, 22, 321-328. https://doi.org/10.32870/prot.i22.317.
Binder, I. (2019). Identidad y agencia colectiva del movimiento ciberfeminista en América Latina. El caso de [ciberfeministaslatam]. Dígitos. Revista de Comunicación Digital, 5, Article 5. https://doi.org/10.7203/rd.v0i5.128
Braidotti, R. (2002). Un ciberfeminismo diferente. Debats, 76, 100-117.
D’Andrea, A. (2022). Mujeres y máquinas: Alianzas políticas en el ciberfeminismo de Sadie Plant. Cuadernos Del Sur Filosofía, 49, 83-101. https://revistas.uns.edu.ar/csf/article/view/3769
García Aguilar, T. (2008). Ontología Cyborg: El cuerpo en la nueva sociedad tecnológica. gedisa.
Garcia Manso, A. (s. f.). Cyborgs, mujeres y debates. El Ciberfeminismo como teoría crítica. http://dx.doi.org/10.20932/barataria.v0i8.202
Haraway, D. J. (1995). Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza (M. Talens, Trad.). Cátedra.
Haraway, D. J. (2021). Sintáctica. La gramática del feminismo y la tecnociencia ( emma song, Trad.). En Testigo_Modesto@Segundo_Milenio.HombreHembra©_Conoce_OncoRata®: Feminismo y tecnociencia (1a ed.). Rara Avis Casa Editorial.
Hester, H. (2018). Xenofeminismo: Tecnologías de género y políticas de reproducción (1a ed.). Caja Negra.
Romero Sanchez, A. (2014). La utopía postfeminista: Del ciberfeminismo al tecnofeminismo. Cuadernos del Ateneo, 32, 152-169. https://www.ateneodelalaguna.com/revista/pdf/ateneo32/013-lautopiapostfeminista.pdf
Torrano, A., & Fischetti, N. (2020). Filosofía feminista de la técnica y la tecnología. Notas para una academia latinoamericana activista. Pensando. Revista de Filosofía, 11(23), 54-67.
Wajcman, J. (2006). El Tecnofeminismo. Cátedra.
Xenofeminismo: Una política por la alienación. (s. f.). Laboria Cuboniks. Recuperado 30 de julio de 2024, de https://laboriacuboniks.net/manifesto/xenofeminismo-una-politica-por-la-alienacion/
1 Se nombra en plural “movimientos cyborgfeministas” o cyborgfeminismos porque es necesario visibilizar la diversidad teórica y situada en la que se va construyendo tanto las propuestas conceptuales como los activismos en este feminismo.
2 bell hook firma y se presenta en minúsculas en sus textos por una reivindicación política. Una de las más conocidas referentes del feminismo afroamericano, escritora y activista.
3 Se puede consultar la versión original y las distintas versiones del manifiesto aquí: https://vnsmatrix.net/projects/the-cyberfeminist-manifesto-for-the-21st-century
4 Se puede consultar la plataforma de la alianza aquí: https://obn.org
5 Se puede acceder al manifiesto aquí: https://www.e-revistes.uji.es/index.php/asparkia/article/view/605/515
6 Desde los feminismos encontramos diversas formas de conceptualizar “Lo otro”. En este caso se hace referencia a mujeres, personas con cuerpos feminizados, personas trans, intersexuales, personas de pueblos indígenas, personas racializadas, personas migrantes, personas con discapacidad
7 Se puede entender Hombre CIS como un hombre que su identidad de género coincide con su sexo asignado al nacer.
8 Se puede acceder al manifiesto en el siguiente enlace: https://laboriacuboniks.net/manifesto/
9 Algunos activismos ciborgfeministas en Latinoamérica: TEDIC (Paraguay), GeoChicas (latam), Ciberfeministas GT (Guatemala), Vita Activa (Mexico), Maria Lab (Brasil)e