La privacidad para Cyborg-organizarnos

El derecho a la privacidad es el terreno privado: es donde podemos actuar, pensar, hablar, escribir, experimentar y decidir cómo queremos ser, al margen escrutinio ajeno. La privacidad es una condición fundamental para ser una persona libre.

Como dice Barton Gellman:

“La privacidad es relacional. Depende de tu audiencia. No quieres que tu patrón sepa que estás buscando otro empleo. No explicas tu vida amorosa a tu madre o a tus hijos. No cuentas secretos comerciales a tus rivales”

Internet no es un espacio público, sino un espacio privado por el cual la mayor parte de la infraestructura de la red está en manos de empresas privadas. Entre ellos los conectores dorsales, los servidores de DNS, los proveedores de servicio de Internet, navegadores de Internet, aplicaciones de contenidos como Facebook, Google, Twitter etc.. Actualmente la arquitectura de Internet es centralizada y esto genera no solo concentración de poder [1], sino mayor debilidad, por ejemplo, en lo que refiere a la probabilidad de recibir ataques y así se pone en peligro nuestra vida en Internet.

Con la actual arquitectura de Internet nuestra privacidad se encuentra más vulnerable. Aunque existen algunos esfuerzos para elevar los estándares de protección de datos personales, políticas contra la violencia de género y contra el discurso del odio, esto no es suficiente. Sucede que muchas de estas políticas son de aplicación local y se dificulta la cooperación con gobiernos que son autoritarios y promueven bloqueos a Internet. Lo mismo ocurre cuando empresas privadas lucran con el tratamiento abusivo de nuestros datos personales, sin tener en cuenta la perspectiva de Derechos Humanos: suelen alojar sus servidores en países donde no existen regulaciones claras o buenas prácticas para la protección de nuestra privacidad.

Esta violencia se traducen en casos concretos:

En México: #GobiernoEspia [2], el caso de vigilancia estatal de las comunicaciones a través de malware, denunciado por R3D y CitizenLab contra funcionarios del Estado, periodistas, activistas.

En Cataluña: Bloqueos y vigilancia a través de Internet en protestas ciudadanas como el caso de la denuncia de Assange sobre el reciente referendum.

Casos de violencia de género: como cyber-acoso y amenazas a mujeres y comunidades LGTBQ+ por parte de comunidades conservadoras y machistas.

Discriminaciones a través de algoritmos: el uso de big data limita nuestra forma de consumir Internet, aplicando filtros contra supuestos fake news, copyright, neutralidad en la red e inclusive intereses del usuario, generando “Cámaras de Eco”. Esto termina por ampliar las desigualdades y limita en última instancia nuestra libertad de expresión.

Ataques cibernéticos: a través de ransomware como el resonado caso de WannaCry que afectó a empresas, organismos estatales y usuarios en más de 150 países [5].

¿Cómo debemos protegernos los cyborg-activistas?

La privacidad y la seguridad son caras de una misma moneda: se complementan y protegen la integridad de las personas. Por tanto debemos incorporar ciertos hábitos que se transformen en una cultura de seguridad. La mejor manera es cyborg-organizarnos, es protegernos a través de herramientas tecnológicas y políticas públicas inclusivas y que respeten nuestros derechos para una sociedad democrática.

Asimismo, el tratamiento del riesgo y amenazas supone beneficios para la “salud” de la ciber-seguridad de las organizaciones. Es decir, que no se eliminan los problemas sino se mitigan las probabilidades que ocurra y se minimiza los posibles impactos.

Para que Internet sea un espacio de democracia, debemos hackearla: es decir, primero que nada entender cómo y por quiénes está construida esta red de redes. Debemos comprender lo que significa ese “like” en Facebook, o qué significa usar redes mesh, o comprar en Amazon, es decir entender nuestros datos.

Debemos utilizar la falta de neutralidad de la tecnología en favor de ese des-balance, y dirigir hacia un empoderamiento de los excluidos con perspectiva de los derechos humanos buscando un verdadero cambio social: cifrado, anonimizado, con software libre, transparencia, privacidad por diseño, rendición de cuentas, seguridad digital, portales de datos abiertos, etc..

A partir de esto, reducir los riegos y amenazas en Internet, porque una sociedad informada y consciente podrá aprovechar los beneficios de la red y buscar maneras de proteger la privacidad.

En palabras de Haraway:

Neo de The Matrix no va a venir a salvarnos, sino el Cyborg que tenemos dentro de cada uno

Eso significa que debemos capaces de crear nuestros propios mecanismos y redes de apoyo, perdiendo el miedo a las máquinas de poder, conectando esos cables submarinos con nuestros cables culturales, burlando la obsolescencia programada, reconstruyendo las computadoras, y nuestro entorno, hackeando nuestra sociedad para extirpar esa desigualdad y violencia: habitar Internet con nuestros lenguajes, idiomas, creencias, conocimientos, cultura y vida, donde cualquier de nosotras podamos aparecer y transitar libres y seguras.

 

Fuentes

[1] Dueños de Internet. Publicado 30 noviembre 2016 https://www.tedic.org/los-duenos-de-internet/

[2] ‘Somos los nuevos enemigos del Estado’: el espionaje a activistas y periodistas en México. Publicado 19 de Junio 2017 https://www.nytimes.com/2017/06/19/world/americas/mexico-spyware-anticrime.html

[3] Tradución: “La primera guerra mundial en Internet ha comenzado en Catalunya, ya que el pueblo y el gobierno la utilizan para organizar el referéndum de independencia del domingo mientras que la inteligencia española bloquea enlaces, ocupa edificios de telecomunicaciones y censura cientos de sitios, protocolos, etc”.

[4] Ejemplos de violencia de género en Internet. Publicado 11 de Agosto de 2016 https://www.tedic.org/alerta-machitroll-ejemplos-de-violencia-machista-en-internet/

[5] Ciberataque global: últimas noticias del ‘ransomware WannaCry’. Publicado 17 de mayo de 2017 https://elpais.com/tecnologia/2017/05/16/actualidad/1494927608_413489.html